El casco urbano del municipio de Añora, responde al típico de los municipios de los Pedroches que generalmente presentan desde su origen un solo núcleo de población, en el que se asienta y asentaba de forma estable la mayor parte de la población, existiendo en todo caso pequeños núcleos secundarios en cortijadas agrícolas.

En época medieval, y por diversas causas generalmente relacionadas con la cercanía a los recursos de producción y abastecimiento naturales, uno de estos núcleos secundarios cobraban cierta importancia apoyándose entorno a un eje generador, que en sus orígenes fue camino de unión de municipios de cierta importancia a nivel local, comarcal e incluso regional o nacional.

Cuando las circunstancias socio-económicas y políticas lo permitían, en este eje primigenio se concentraría la incipiente actividad urbana, y mediante él se accedería a la Plaza, en la que se situarían los edificios representativos del nuevo asentamiento, el Ayuntamiento y la Iglesia, que en sus orígenes, con casi total seguridad sería ermita.

Este eje sería cruzado por nuevos caminos que unirían el nuevo núcleo con municipios vecinos de menor importancia y que junto al anterior configurarían la columna vertebral de la trama urbana, sobre la que se irán apoyando sucesivamente las diversas actividades humanas, y desde los que a través de viales secundarios se accederá mediante callejones secundarios a las distintas propiedades, todavía de origen y función agrícolas y que acabarán por definir las diversas manzanas urbanas.

Sobre estas parcelas agrícolas, apoyándose en su perímetro, se irán produciendo procesos de segregación, generalmente relacionados con los procesos de reparto de propiedades entre los diversos miembros de una familia, dando lugar a nuevas unidades de explotación familiares que paulatinamente al levantar las edificaciones destinadas a uso de vivienda en sus lindes a los viales de circulación configurarán las manzanas tal como las conocemos actualmente.

Dependiendo del tamaño de la manzana se apreciará como las más grandes se dividían en partes por una serie de callejones de servidumbre interior, al que presentan fachada los corralones y huertos de las casa produciéndose una jerarquización de calles, que viene determinada por el frente de manzana donde se ubican las viviendas y los callejones por donde se accede a los huertos y corrales.

En esta trama así surgida la tipología edificatoria que se da mayoritariamente en todos los pueblos de la Comarca del Valle de Los Pedroches es la vivienda unifamiliar entre medianeras en dos plantas de altura, tipología que presenta una edificación principal alineada en el frente de manzana, unas edificaciones complementarias diseminadas en su interior, y unos espacios exteriores que generalmente tenían un uso agrícola y ganadero, y estaba ocupada por una familia.

Fachada fuente

En la vivienda popular de la Comarca de los Pedroches en general y de Añora en particular, se aprecia la influencia de algunas comarcas vecinas de Extremadura y Ciudad Real. En estas, durante varios siglos, el tipo de vivienda refleja una austeridad, una sencillez en las formas y elementos que las caracterizan, manteniéndose muy impermeables a las corrientes culturales y tipologías que han ido surgiendo a lo largo de la historia.

La constante más característica que se aprecia en todas las viviendas de la zona es que presentan una estructura modular, que no siempre es estricta ni idéntica, sino que se va adaptando a la forma de la parcela, definiendo el frente de parcela, y por simple repetición de módulos las dimensiones de la vivienda, pudiendo presentar en fachada uno, dos, o tres módulos o "cuerpos", que en las casa señoriales, de mayor tamaño, pueden duplicarse presentando de esta forma hasta cinco módulos, o más.

Por otro lado, la repetición de módulos perpendiculares a fachada va determinando las crujías, o cuerpos de casa, separados por arcadas paralelas a fachada y entre si.

Articulando unos y otros, perpendicular a la entrada principal en fachada el "paso de casa" o "cuerpo de casa", dividido o segmentado por arcos en tantos espacios como crujías y a través del cual se accede a las distintas estancias de la vivienda.

Las dimensiones de estos módulos venían marcadas por el empleo de la unidad de medida de la época: la vara. La vara, en este caso la castellana, es un listón de madera que media 83,54 centímetros, y a la que se le hacían unas señales para poder medir diversas fracciones de vara: la media vara, los ¾ ,1/4,y 1/8. Dimensiones a las que responden los anchos y profundidad de la edificación principal y de sus elementos constructivos.

El numero de módulos que presenta en fachada una vivienda concreta se repiten de modo casi constante en las viviendas colindantes y en casi todas las que van a conformar el frente de manzana, y en los demás frentes de la misma manzana. Con una profundidad de la edificación constante del edificio principal de la casa. El resto de edificaciones, cuadras, pajares, hornos, etc, que componen la casa se ubican con mayor libertad sobre la parcela.

Esta "igualdad" se refleja igualmente en sus aspecto exterior, en la altura de su fachada, presentando dos plantas de altura, o mejor dicho planta y media, pudiendo apreciarse. En numerosos ejemplos como en un frente de manzana la altura de las casas se iguala en el alero del tejado aun cuando no han sido fruto de un proceso de construcción unitario.

FachadasLas fachadas de estas casas suelen ser lisas y como ya hemos dicho de poca altura, con composición de huecos simétrica respecto al eje de la puerta, y realizada con materiales sin labrar que provocan la necesidad de enfocarlas y encalarlas.

En este sentido en Añora, podemos encontrar un bello ejemplo distintivo respecto del resto de municipios de la comarca, las fachadas de tirillas, en las que la piedra de granito presenta un labrado incipiente que permite realizar una fabrica ligeramente concertada con rejuntado y pintado de sus llagas, que presentan un indudable valor estético fundamentalmente por agregación de un número relativamente importante de varias de ellas.

En cuanto a su programa funcional, la planta baja de la casa se usa como vivienda ubicándose en su edificación principal las distintas estancias, como el hogar o estar, las alcobas o dormitorios familiares, la bodega o despensa y la escalera de acceso a la planta superior. Fuera de esta edificación principal y con acceso desde el patio o corral, rodeando el mismo se sitúan; la cuadra, el lavadero, el pozo, en algunas ocasiones el horno y el pajar. En la mayoría de las casas la edificación de la cuadra y pajar separa el patio del huerto, en el que se puede encontrar el gallinero, la cochinera o zahurda y el estercolero.

En las casas que dan a dos calles, normalmente en la calle de menor importancia, considerada como calle de servidumbre, se abre un segundo acceso a la casa, por el que entran los carros y carruajes, este suele ser de mayores dimensiones que la puerta principal, y se le suele llamar cocherón si esta cubierto por una edificación, portones, o "puerta falsa", en le caso de no estarlo.

En el edificio principal de la casa, la planta superior llamada cámara, caráma o doblado, es usada como almacén de productos agrícolas, normalmente trigo y cebada, como trastero y como secadero durante el invierno y primavera de algunos productos cárnicos procedentes de "la matanza" del cerdo; jamones y tocinos. En sucesivas ampliaciones de la vivienda detrás de los dos o tres cuerpos de casa en planta baja se construía el "portal", un cobertizo abierto al patio donde normalmente se ubica la escalera que subía a la cámara. En las viviendas más antiguas en el "portal" hay una cocina de verano y actualmente este espacio se utiliza como estar, como zona donde se realizan la mayoría de las labores domesticas y culinarias.

El espacio que puede llamar más la atención de estas casas es el hogar; suele ser el que cuenta con más elementos decorativos, definido por uno de los muros medianeros, al que se arrima el fuego, por dos paredes laterales, casi siempre con vanos en arco, y un arco rebajado, que separa el hogar del "paso de casa", este arco suele estar decorado con molduras.

El sitio donde se prendía el fuego estaba definido por un rectángulo de piedra o ladrillo y una gran losa adosada a la pared de fondo de un metro de altura aproximadamente. Sobre esta piedra y en esta pared de fondo se pinta de negro una zona trapezoidal con su base pequeña partiendo de la piedra y la base mayor enlazando con el borde del humero o chimenea. A esta figura negra sobre fondo blanco se le llama "la monja". Y al margen de su función como recurso decorativo pretendía disimular la mancha que producía el humo del hogar, que se usaba normalmente en invierno para calentar la casa, empleándose la cocina construida en el portal o en el patio para cocinar durante todo el año. Gran parte del techo, en planta baja, del modulo del hogar lo ocupa la campana de la chimenea, en la que se colocaban una serie de palos, empotrados en el muro de fondo o medianero, sobre los que se colgaban los productos de la matanza para su curado. También de uno de estos palos se colgaban las "llares" o cadena de hierro para sostener los calderos sobre el fuego.

Frente al hogar, en el lado opuesto del "paso de casa", se ubicaba la cantarera o "vasar", este estaba formado por unas estanterías de obra en forma de nichos. El vasar era el elemento donde se manifestaban los gustos decorativos personales de los propietarios de la casa. También en el "vasar" se exponía a la vista del visitante de la vivienda la vajilla, jarrones y recuerdos de familia, de esta manera se podía dar a entender cual es el estatus económico de la familia que vive en la casa.