Longitud: 13,8 Km, Grado Dificultad: Media, Practicable Bicicleta: 100%

El sendero comienza junto a los depósitos de agua a unos 100 m. de la ermita de la Virgen de la Peña. Tras tomar el camino del Molino del Cubo sus primeros kilómetros transcurren por los parajes del Berrocoso y el Cucadero. Justo antes de cruzar la A-423 podremos echar un vistazo al antiguo puente del FEVE sobre el Guadarramilla, así como la caseta del tren que encontraremos justo en el cruce.    

Cruzaremos la carretera con sumo cuidado para tomar el camino frontero. Este será el punto de inicio del camino que nos llevará a través de la Dehesa de la Vera, por un recorrido dibujado de encinas, rica avifauna características de este ecosistema y explotaciones ganaderas que nos darán una idea de cual es el sistema de aprovechamiento de estos espacios. Coronaremos nuestro camino en el paraje San Martín. Una opción interesante es acceder al Mirador ubicado en el recinto. Desde este mirador podremos contemplar: la Sierra de Santa Eufemia, la Sierra de Tiros y la del Torozo (Badajoz), el pico Pelayo, Cerro Sordo, La Chimorra y Sierra Madrona con la Bañuela (1332 m) como punto mas alto de Sierra Morena.

Tras un ligero descenso y sin abandonar nuestro camino dirigimos nuestros pasos hasta un cruce de caminos. Tomamos a la derecha para introducirnos en una zona de bosque mediterráneo a través de senderos poco transitados y llenos de encanto. Descenderemos hasta el camino Córdoba entre encinas, juagarzos y jara. En la bajada de este camino, en una zona de lastras se pueden observar antiguos pozos de granito en una zona especialmente bella. Cruzada la carretera, y de nuevo el río nuestros pasos nos conducirán a nuestro punto de partida por una suave pendiente.

Respecto a la fauna, durante nuestro recorrido podremos observar multitud de pájaros: cigüeñas, colirrojos, petirrojos, abubillas, carboneros, herrerillos, etc…, y con un poco de suerte alguna rapaz.

UN LIBRO SOBRE NUESTRA TIERRA

«Los años de la niebla» (Alejandro López Andrada) es un libro que indaga en la atmósfera sórdida y neblinosa que envolvió las vidas de los pastores de nuestra tierra en la posguerra, cuando en los campos aún no existían las alambradas y los chozos de paja poblaban las sierras y las dehesas de muchos lugares recónditos de nuestro país.

Ambientado en la comarca de Los Pedroches, este libro es un homenaje hondo y poético a todos esos hombres que, hace ya décadas, vivieron en pleno contacto con la Naturaleza durmiendo en chozas, soportando la lluvia, la escarcha, el frio y el calor. Escrito en tono lírico deslumbrante, lleno de momentos realmente memorables, este libro no es sólo un tratado de fondo ético y social, sino que, al mismo tiempo, es un estudio minucioso y conmovedor sobre las almas humildes e inocentes de un puñado de hombres, de niños y de mujeres que hubieron de sobrevivir en un duro ambiente de estrechez económica y falta de libertad, sin perder jamás la alegría y la ilusión.